jueves, 14 de mayo de 2009

A la sombra de la Gloria

A la sombra de la Gloria

Capìtilo III

Así llegué a la adolescencia. Un domingo, en misa, conocí a mi primer amor, ella era hija de campesinos. nos miramos y ambos sentimos la misma atracción, me lo confirmó su sonrisa y la ternura que se asomaba a sus ojos castaños. Como vera, siempre viví de contramano, mi padre no aceptarìa esa relación.
Una tarde, volví a encontrarla en la campiña, estaba recogiendo flores silvestres. Me acerqué y nos tomamos de la mano. Su sonrisa me cautivo: dos hoyuelos se formaron en sus rosadas mejillas. Llevado por mis impulsos la besé, primero suavemente, pero la pasión de la adolescencia despertó en nosotros como un volcán en erupción.Ambos rodamos por la grama, el perfume a lavanda se adentró en mí y desde entonces es mi mejor afrodisiaco. Le quité la ropa, la blancura de su piel y el aroma de su cuerpo me recordaron a las gardenias del jardín de mi madre: ustedes aquí los llaman jazmines ¿Verdad?.
Hicimos el amor. Mi frenesí se contubo en parte, cuando advertí en ella un estremecimiento de dolor y sus tibias lágrimas humedeciendo mi rostro_Su virginidad y mi inocencia. Ella era el amor, ese amor que no se olvida y que se grabó en mi memoria, como aquella linea azul que bajaba de su cuello perdiéndose en sus senos perfectos.
Todos los atardeceres, durante un mes, vivimos intensamente ese sentimiento, nuevo para nosotros, eterno para el mundo. Pero mi padre, atento a cada uno de mis movimientos, descubrió aquel incipiente romance y disidió separarnos.
Esa misma noche, luego de una fuerte discusión, me ordenó preparar mi equipaje para partir inmediatamente_¿A donde_? Pregunté_Te enteraras a su debido tiempo_ contestó lacónicamente..........
Desesperado, cuando todos se durmieron, salté el ventanal de la sala y agazapado en las sombras, corrí por el prado hasta la casa de mi amada. Casi sin aliento me senté a esperar que se apagara la última luz. Entonces trepe por el grueso tronco de hiedra que asaltaba su ventana y me lance al interior de la habitación
Los ojos de mi"pouppe" se abrieron con asombro. Nos abrazamos, su blanco y fino camisòn desapareció en un instante.
La miré con detenimiento para llevar grabado en mi corazón esa visión angelical. Nos amamos con desesperaciòn, acompañados por el zumbido de dos abejas que rondaban sobre la única vela encendida chamuscando sus alas. Fue esa comunión que guarda el alma para aliviar los momentos lacerantes de nuestra vida y también nuestro ultimó encuento. Al día siguiente partí con destino desconocido.
Años mas tarde regresé a buscarla. caminé por aquellos lugares donde nos encontrábamos en secreto. De la pequeña granja solo hallé ruinas y silencio.
Monsieur Duclos miraba hacia la noche con los ojos llenos de lágrimas

Lydia Raquel Pistagnesi

6 comentarios:

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy bueno este capitulo. Me gusto!

Lydia Raquel Pistagnesi dijo...

Gracias querida Carla
Besosssssssssss
Lydia

Rocío L´Amar Poeta de Chile dijo...

prosa íntima la tuya Lydia, agradable... te invito a mi blog personal
http://misspubis64.blogspot.com

encontrarás mi poesía,
te inscribes como seguidora
así yo también puedo seguirte cuando postees tus escritos,

besos bonita,
Rocío L'Amar
Chile

Lydia Raquel Pistagnesi dijo...

Querida Rocìo, gracias por tu hermoso comentario.
Ya pase por tu blog y te dejè saludos para otros queridos amigos Chilenos ,Pili Garcia Tello, Carlos Calderon Ruiz de Gamboa, Martìn Huerta, Larrahona, y tantos otros con quienes compartì bellos momentos
Besossssssssssssssssssss
Lydia Raquel Pistagnesi

Dali-a Color Naranja dijo...

Hola querida me gusto tu escrito pero tengo que comentarte que tu joven protagonista no entiende mucho de flores, los jazmines y las gardenias son flores distintas, blancas sí, y muy perfumadas. Pero incluso la equivocación queda bien. Con tu permiso me agrego para poder seguirte

Lydia Raquel Pistagnesi dijo...

Dali_a, gracias por tu aclaraciòn, si Maurice Duclos siempre me traia un jazmin , el lo llamaba gardenia. imagìnate, eso lo fui anotando a los diesiocho años, amo las flores pero se el nombre de las mas comunes
Besosssssssssssssssssssy viajarè a tu blog mas seguido para desasnarme

Lydia